martes, 16 de agosto de 2016

Historias: Dani Mackenney






La Dani fue una de esas novias que se iban a ver increíble si o si, con algo simple o con un vestido muy producido. Por supuesto, más allá de lo que yo pudiera imaginarme como diseñadora, lo importante era saber qué era lo que estaba buscando. "Quería que fuera sencillo, simple… nada de lo que pudiera arrepentirme en un par de años; cómodo, veraniego , pero sobre todo que no me sintiera “disfrazada” con él, que fuera un vestido que me quedara bien y que sintiera mío, mi estilo. Había juntado hartas ideas, pero nada concreto."

Cómo casi todas mis novias llegó a mi a través del dato de alguien conocido: "Una amiga del colegio donde trabajo me dijo que te conocía y que había visto un par de cosas tuyas y le habían gustado. Me metí a tu página y a Facebook y me encantó al tiro el estilo. Me imaginé que podías hacer algo como lo que yo quería, aun cuando no tenía muy clara la idea. Nunca me probé ni sentí que me faltó probarme más vestidos. Partí derecho a tu taller.




¿Qué te pareció el proceso de diseño del vestido?

"Muuuy entretenido. Yo pensaba que iba a ser dificilísimo, pero fue bacán hacerlo entre las dos, cada una con sus ideas. Ver tus dibujos, elegir telas, recibir tus propuestas de diseños, sumar detalles e ir armándolo poco a poco." 

En este proceso la Dani se enamoró de un encaje que yo había traído de Buenos Aires hace algún tiempo, pero no teníamos suficiente material. Por suerte, sus hermanas viajaban muy pronto a Buenos Aires y pudieron traer la misma tela para el vestido completo.

Empezamos por fin con el vestido y las pruebas de vestido de la Dani era toda una aventura. Llegaba con varias de sus tantas hermanas y entre todas opinábamos qué faltaba o qué había que modificar, siempre pensando en que ella estuviera contenta con los avances del vestido. "Lo pasé demasiado bien! Fue demasiado entretenido ir juntando ideas y cambiando y mejorando cosas en el camino. Lo rico fue que a veces estaba dudosa o me arrepentía de cosas, pero me dejaban clarísimo que siempre había solución, siempre se podía cambiar. Era chorísimo ir al taller, saber que estabas tú y la Sonia con el mejor ánimo para arreglar todo, me entendían al tiro. Todo muy relajado y entrete. Yo me iba cada vez más feliz."



Y así llegamos al final del proceso, con el vestido terminado y todo listo para el gran día... "Fue un muy buen día. Yo estaba muy tranquila y relajada, tenía que irme y estaba casi en pijama terminando de maquillarme. En mi casa quedaba mi papá, mi hermano, el fotógrafo y la Cata Montes que me peinó y maquilló. Obviamente (tal como ella me había advertido…y yo no le había hecho caso) terminó ella en mi pieza poniéndome el vestido y las alitas (por las que tuve que volver porque se me habían quedado). Fue tanto lo que corrimos que la Cata se quedó sola en mi casa y tuvo que cerrar todo. Lo máximo ella. Igual valió la pena la corrida. Como pocas novias, llegué puntual.

¿Finalmente, cómo te sentiste con el vestido durante el matrimonio? ¿qué te comentaron tus amigas y familia?

Yo estaba feliz, me sentía comodísima, estaba hecho perfectamente para mí, eso era lo mejor. Me lo celebraron infinito. Puras flores.




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